domingo, 31 de enero de 2016

Análisis del Casamiento del Laucha

EL CASAMIENTO DE LAUCHA, Análisis por Marcela Ciruzzi.

La picaresca

El casamiento de Laucha es una novela picaresca que, más allá del pintoresquismo local que la individualiza, responde cabalmente a las características de esta especie narrativa, según puntualiza acertadamente el critico argentino Emilio Carilla: “La novela picaresca es un relato autobiográfico (particularidad raras veces alterada). Esta esencial perspectiva repercute en la narración: visión de un pícaro y su mundo acomodado, en lo posible, a la psicología del personaje. La vida del pícaro aparece narrada desde su origen. Alusión a los padres, como si quisiera justificar ya a través de éstos la dirección de su vida.
El pícaro actúa en relación a una serie de amos. La galería de éstos es casi siempre variada. El pícaro actúa también en libertad (o en aparente libertad), fuera de la tutela de un amo. Esto, a su vez, no quiere decir que viva de un trabajo regular.
La vida del pícaro está impulsada desde sus primeros años por estos dos ejes fundamentales: el hambre y el engaño. Mejor dicho, el fiambre que la vida minúscula e irregular le presenta, trata de vencerla con el engaño. Después ya el engaño se extiende a todos los «esquicios: apremio de ataque y defensa en un mundo de malicia y luchas.
No llega al crimen, y sólo circunstancialmente roza a la delincuencia organizada. Es que el pícaro -el pícaro literario- necesita salvaguardar su “buen natural" -necesidad literaria-, aunque aparezca apabullado a menudo por las malandanzas.
Dentro de este mundo es natural que no brille la mujer ni el amor. V cuando aquella aparece lo hace ligada al engaño y a las bajas pasiones.
Resaltan frecuentemente alusiones satíricas más o menos vetadas a ¡personajes y sucesos contemporáneos. Pero más valor tienen las visiones amplias, en que se enjuicia desde el “abajo" de la picaresca (resentimiento, burla, desahogo) la sociedad del momento."
También las críticas al clero son frecuentes en la picaresca; en la novela de Payró se dan por la presencia del pillo fraile Papagna.

Estructura y lengua de la obra

Esta novela de costumbres criollas nos resulta amena y agradable; pues está escrita con gracia y con chispa, lo que nos hace olvidar un poco la conducta censurable del protagonista y de otros personajes.
La obra se compone de una brevísima introducción a cargo del narrador (3a. persona) en la que se presenta a Laucha; "Payró recurre a la convención de un cronista oficioso”, observa Enrique Anderson Imbert; y se completa con diez capítulos a través de los cuales el pícaro narra parte de su vida (1a. persona).
La amoralidad de Laucha (“ratón menudo") está manifestada con realismo; y de la realidad está tomado el lenguaje —los varios tipos de lenguaje— que Payró maneja con conocimiento y autenticidad: lenguaje coloquial de la gente de campo, el refranero popular, voces lunfardas, una castellano italianizado (doña Carolina), un dialecto napolitano cerrado (cura Papagna), etc., que iremos destacando a lo largo del texto. I
El monólogo de Laucha resulta fluido y ameno, sólo interrumpido por observaciones o Interjecciones de los que escuchan (posiblemente una rueda de paisanos).
Debe tenerse en cuenta la experiencia directa de nuestro escritor: sus recuerdos de Mercedes, de Lomas de Zamora y de Bahía Blanca (su "Pago Chico"); la frecuentación de bares y cafés donde conoció a gente de mal vivir; y, según Arturo Berenguer Carisomo, en la fugaz historia de Picardía, personaje de Martín Fierro de José Hernández

CONTENIDO

Laucha, aventurero y vividor como todo pícaro, relata sus andanzas entre la miseria y el hambre; pero tiene la fortuna de ser bien acogido por una viuda, dueña de una pulpería, una italiana todavía joven y saludable. Un falso matrimonio sugerido por un cura napolitano sin escrúpulos permite a Laucha Instalarse cómodamente en la posesión de la mujer, a quien su flamante esposo conduce rápidamente a Ia ruina debido a su pasión por la bebida y el juego, además de su holgazanería habitual. Cuando todo se ha perdido, el pillo revela la cruda verdad a Doña Carolina, que se hunde en la desesperación.

PERSONAJES

Laucha: pícaro, tramposo y vividor; criollo sin escrúpulos y enemigo del trabajo; "provinciano despabilado y libertino”; inmoral, traicionero y egoísta; pendenciero, jugador y amigo de la bebida; cruel y desfachatado; vanidoso con aires de conquistador; burlón y aprovechador"tiene un sentido festivo de la vida"; truhán, astuto e imprevisor; cínico y desconsiderado... Sin embargo, si logra hacerse escuchar y si gana voluntades es por su espíritu jovial y vivaz, porque es hábil y tiene  especial simpatía; no es desdeñable su humorismo socarrón y picaresco; es chispeante e imaginativo, gracioso cuando habla. En cuanto al amor, “actúa sin respeto y sin emoción”,"... y como para el pícaro no hay pecados —afirma Anderson Imbert— Laucha resulta absuelto, purificado por el arte”.

Doña Carolina: italiana viuda (la "gringa"), dueña del almacén de campo o pulpería ("La Polvareda"); ha pasado los treinta años y se conserva atractiva y rozagante; es trabajadora y ahorrativa, crédula y decente; su viudez —y por ende su soledad— le pesa y desea volver a casarse; por ello, la llegada de Laucha, a quien protege y mima, le resulta providencial (y a la corta, catastrófica). A veces —por su forma de hablar o de vestir— parece un tanto ridícula. Está ávida de amor y de ternura, pero junto a Laucha —que la estafa vilmente— su vida se desquicia y se sume en la desolación.,

Ño Cipriano: viejo peón de campo que trabaja para doña Carolina; cuida a los chanchos cerca de un arroyo. Es la única compañía para Carolina desde que ésta quedó viuda. En términos generales, puede decirse que siente cariño y simpatía por la gringa y desea que sea feliz.

Papagna: cura deshonesto, simulador e interesado. Prevaricador (fragua el casamiento entre Laucha y Carolina, no lo asienta en el libro correspondiente); se deja seducir por una coima. Habla un oscuro dialecto napolitano. Conseguidos sus propósitos, r;egresa a su país.

Otros personajes secundarios:

Barraba: comisario de Pago Chico; se hace presente cuando muere Cipriano.

Doctor Calvo: médico forense.

Contreras: hombre peleador y pillo, amigo del juego, especialmente de las carreras de caballos.

Ferreiro: escribano sin escrúpulos.

Un chacarero (antiguo patrón de Laucha), un almacenero (dueño de la jardinera que transporta a Laucha), el pulpero, milicos.

Además del carácter picaresco, y por estar dentro de los cánones la corriente realista, esta novela es un acabado cuadro de costumbres: así lo acreditan la descripción del pago, del almacén, de los bailes, de las carreras cuadreras, de las partidas de naipes y de otros juegos, la presencia y el modo particular de hablar de cada uno de personajes presentados, las modalidades del paisanaje, etc. Segun Anderson Imbert, esta novela “es la historia de una infamia, de una vileza, de una canallada”.

Marcela Ciruzzi, en El Casamiento del Laucha, Ed. Kapelusz, 1981